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El camino que recorre el oxígeno hasta llegar a nuestros pulmones empieza en la nariz y la boca, de allí pasa a la tráquea que lo conduce hasta los bronquios, quienes lo trasladan a los bronquiolos y éstos a los alveolos para, finalmente, acabar en nuestros pulmones.

 

¿En qué consiste la bronquitis?

 

Se produce bronquitis cuando nuestros bronquios distinguen sustancias tóxicas en el oxígeno inhalado o bien al contagiarse con virus o bacterias. Esto los irrita y se inflaman, haciendo reaccionar a los pulmones, que generan mucosidad para atrapar a las partículas dañinas. Pero dicha inflamación, y la consecuente mucosidad, no deja circular al aire con normalidad y experimentamos episodios de tos, sibilancias y dificultad para respirar.

 

Síntomas de la bronquitis

 

Podemos sufrir dos tipos de bronquitis, con síntomas y causas propias de cada tipo:

 

Bronquitis aguda

También conocida como ‘resfriado de pecho’, tiene su origen en un virus o una bacteria, que suele ser el mismo que provoca gripes y resfriados, por lo que es contagiosa. Sus síntomas son:

  • Dolor de pecho.
  • Dolor leve de cabeza.
  • Dolor corporal moderado.
  • Dolor de garganta.
  • Fatiga.
  • Tos (con o sin mucosidad).

Las personas con bronquitis aguda suelen recuperarse en días o semanas.

 

Bronquitis crónica

Es un tipo de enfermedad pulmonar incluida en el grupo de enfermedades obstructivas crónicas (EPOC). La causa principal de la bronquitis crónica es el consumo de tabaco, aunque puede deberse a la inhalación de otras sustancias tóxicas, como químicos, polvo o contaminación ambiental. No es contagiosa y sus síntomas son:

  • Dificultad para respirar.
  • Presión en el pecho.
  • Sibilancias.
  • Tos frecuente con mucosidad.

Y, en casos graves hay que sumar:

  • Debilidad de los músculos inferiores (por debajo de los glúteos).
  • Pérdida de peso.
  • Piernas, tobillos y pies hinchados.

La tos, en enfermos de bronquitis crónica, puede durar meses, años o el resto de su vida.

 

Tratamientos para la bronquitis

 

Del mismo modo que la causa y los síntomas de la bronquitis varía si padecemos bronquitis aguda o crónica, el tratamiento también es diferente.

 

Bronquitis aguda

Es autolimitada y desaparece por sí sola, en menos de tres semanas. Aún y así, para paliar sus molestos síntomas podemos:

  • Beber mucho líquido, como té o agua con miel.
  • Aprovechar las pastillas para la tos o el dolor de garganta.
  • Descansar.
  • Tomar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) contra la inflamación.
  • Emplear antitérmicos para bajar la fiebre.
  • Utilizar soluciones salinas nasales para aliviar la congestión.

 

Bronquitis crónica

No tiene cura, pero sí existen tratamientos para aliviar sus síntomas o retrasar el progreso de la enfermedad:

  • Antibióticos: si hay sospecha de infección.
  • Broncodilatadores: para relajar las vías respiratorias y reducir la inflamación.
  • Estilo de vida saludable: dejar de fumar, hacer ejercicio físico regular y evitar lugares con ambientes tóxicos.
  • Oxigenoterapia: para bronquitis crónica severa.
  • Rehabilitación pulmonar: programas para mejorar la capacidad pulmonar y la calidad de vida del enfermo.
  • Trasplante de pulmón: último recurso para personas con síntomas severos y ausencia de recuperación con el resto de terapias.
  • Vacunarnos contra la gripe y la neumonía neumocócica.

 

Cuando un menor padece bronquitis, la recomendación es acudir al médico a que nos indique el tratamiento más adecuado a seguir, según su edad, su peso y si sigue o no algún otro tratamiento farmacológico.

 

Plantas medicinales para tratar la bronquitis

 

Si nos estamos preguntando qué plantas medicinales pueden ayudarnos a paliar los síntomas de la bronquitis, saber que existen múltiples opciones, entre las que destacamos:

  • Ajo: potente remedio para combatir infecciones respiratorias, aumenta nuestras defensas y tiene propiedades antibióticas, antiinflamatorias y expectorantes.
  • Cúrcuma: con acción antibronquial y antiinflamatoria.
  • Equinácea: antibiótico natural que nos ayuda a producir más glóbulos blancos.
  • Eucalipto: nos ayudará a expulsar las flemas acumuladas en el aparato respiratorio.
  • Genciana: Potencia la producción de glóbulos blancos y aumenta nuestras defensas, previniendo múltiples enfermedades del aparato respiratorio.
  • Jengibre: con propiedades antibióticas, expectorantes, antiinflamatorias y mucolíticas.
  • Menta: planta medicinal con propiedades expectorantes.
  • Regaliz: protege el hígado, es antitusivo y antiinflamatorio.
  • Tomillo: tiene propiedades antibióticas.

El uso de plantas medicinales con fines terapéuticos es un proceso de medicación que debe ir acompañado siempre por un profesional sanitario. Cada persona es diferente, aquello que funciona en una puede no funcionar en otra. Pregunta en la farmacia por la planta medicinal más adecuada a tus síntomas y tu situación particular, así como por la forma correcta de sacarle el mayor partido.